La intersección entre el trabajo de Hirst, Levi’s y Warhol Factory es la exploración de la vida y la muerte. Por eso la colección se basa en la muerte como vehículo para explicar el significado de la vida, y lo hace a través de dos símbolos: la calavera y las mariposas –que tienen una vida plena pero muy corta- ambas igualmente plagadas de color.
Así las calaveras pop se plasman en estampas de t-shirts, quemadas en los bolsillos traseros de los pantalones, y en el forro de satén de un inigualable chaleco abotonado de jean. Las mariposas multicolores revolotean en camperas de jean blanco o en el forraje de chaquetas que exageran los avíos y carecen de puños.
Los puntos de colores, alineados en líneas perfectas, y las “explosiones de color” muy típicas de la obra de Hirst son otros motivos de esta colección sin tapujos. Hasta una fotografía del mismo Hirst –combinada con una especie de radiografía de su mandíbula desnuda- figura como estampa en las remeras.
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